lunes, 5 de septiembre de 2016

Cuando yo era pequeña ...

Publicada 5/9/2016

Actualizada 26/6/2021


Amigos este fin de semana estoy en el pueblo, por cierto hace un frío que pela, las estufas están encendidas y en la calle no se puede estar. Así que os voy ha contar alguna historia de cuando yo tenia cuatro o cinco años, no más.

Recuerdo que venia un señor con muchas cabras... una vez al año pasaba por aquí. Seguramente las llevaría a Andalucía o Extremadura. Aquí hacían su parada para ordeñarlas y así descargar sus tetas que llegaban al suelo. Todos íbamos a comprar leche con nuestra jarra y nuestro dinero que seguramente sería una peseta o la mitad. Para nosotros esto era algo especial, porque antes no desayunabas leche, solo migas o café de malta en pocas ocasiones.

También os diré que todos los años venían unos estañadores que arreglaban pucheros, calderos, sartenes y otras cosas. Mis amigas y yo nos hicimos amigas de una niña que venia con sus padres, que se llamaba Sacramento, y que bajaba desde una paridera del Pajarón porque se hospedaba allí. A los niños como nos gusta ver todo, un día fuimos a ver su aposento y allí estaba el padre; En la puerta tenían su cama estilo tartana, el padre estaba con unas barbas que le llegaban al suelo, nos asustamos pero todo paso. Un día fuimos a casa de una amiga con ella y engancho el pie en las trébedes que estaban puestas en la lumbre con la sartén encima y las patatas a la ceniza, adiós comida. Sacramento se fue corriendo a su "paidera", pero al otro día volvió a bajar y todas amigas. Vinieron al pueblo varios años. 

Otra persona que venia en pleno invierno era el "tío coplero", se hospedaba en un chozo que hay en el camino orilla del pueblo. Venía cuando se hacia la matanza con la nieve hasta el cuello. Llamaba a la puerta y solo preguntaba por el "culo del gorrino" que era como un trozo de tocino, con la piel y la vejiga. El no forzaba la puerta como hacen ahora, y nos regalaba unas coplillas muy bonitas al que le daba algo. El iba a su marcha y no se metía con nadie. La coplillas era unos papeles muy estrechos, y con canciones.

Otro día también lo pasamos muy bien, vinieron unos titiriteros a hacer fiesta. Iban una madre, el hijo, un perro, una cabra vestida y una [...]. Y con este poco a todos nosotros se nos hacia un mundo. Que bonito estaba, pusieron unas cortinas para el escenario. La función la hicieron en una casilla que hay al entrar al pueblo. Para nosotros esto fue un festival, el perro bailaba y la cabra cuando le mandaban se subía a una silla. 

A todos lo niños que os traen vuestros padres al pueblo os diré, que antes no había móviles, ni tables, ni ordenador, ni bicis, No había ropa de verano ni de invierno, solo la justa. pero éramos felices.




Íbamos al colegio...en el invierno teníamos que llevar leña partida para la estufa. Nos daban un vaso de leche en polvo calentada en la estufa en invierno o fría en verano. Los niños llevaban los libros en una cartera y las niñas en una caja de madera que se llamaba cavas.

A pesar de esto todos íbamos muy limpios, las chicas con nuestras coletas, la raya del pelo muy bien sacada y algún lacito en la punta

Se me olvidaba deciros que teníamos pocos juguetes, las niñas hacíamos unas muñecas con unos palos en cruz y luego poníamos trapos alrededor. Los chicos tenia una arco de hierro con un gancho y cuando el arroyo estaba helado bajaban a "rularlo" y alguno iba al agua. También nos poníamos en los pies un bote vacío de alguna conserva, con unos agujeros y una cuerda hasta la rodilla, estilo zancos y las calles llenas de piedras.

Si os gusta a la próxima os contare más. Un abrazo.


PILAR DEL REY. 

Tordelpalo 1 Mayo 2016