miércoles, 25 de julio de 2018

El trabajo en equipo hace que los sueños se cumplan.


Otro año más el mes estival se presenta, y el pueblo se habita con gentes venidas de todos los rincones de las Españas, las calles rezuman júbilo, los niños gritan y centellean de una lado a otro, como en tiempos pretéritos cuando la escuela marcaba los horarios del lugar. De nuevo muchas casas se vuelven a abrir, y tras cada puerta, el fresco contenido de un invierno sin fin, se asoma al umbral, invitando al transeúnte a guarecerse de la canícula con la excusa de hablar de esto y de lo otro. El pueblo se engalana, se siega la hierba, desenloda el lavadero, fabrican cabezudos o se prepara la casa del lugar como improvisado tele-club para tertulianos y despistados. Por cada esquina se limpian telarañas y barren patios, ¡que agitación!. Bienaventurados todos los que arreglan casas y los que esperan durante todo el año a los foráneos.  

Es menester comunicarlo, vivirlo, participar, porque por cada acción que se realiza, se contribuye a mejorar, y cada uno tiene su parte en esto.


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Los muchachos fabricando los cabezudos para las fiestas



El ayuntamiento de Molina dejo el tajo a medias, pero el pueblo hizo el resto.













Colocando las estanterías del bar.



Como sabéis el próximo 4 de Agosto por la tarde, habrá una demostración de toques tradicionales de campanas del Señorío del Molina. Esta todo el mundo invitado.