sábado, 27 de junio de 2020

Bautizos


Publicada 27/6/2020
Actualizada 29/6/2020

Ya hemos entrado en este verano atípico de 2020, sin fiestas de pueblos y con ganas de vernos a distancia. Un verano donde se espera mucha gente por Molina y alrededores, sabedores de un veraneo donde no hay que delimitar una parcela de arena en la playa pero tampoco bañarse en el Puente de San Pedro, y yo suspiro porque muchos redescubran la España interior, que es demasiado ancha.  Tal vez un breve espejismo de esperanza para cuando el bicho desaparezca y las costas se abarroten. Quizás sirva para atraer a una juventud, pido perdón por incluirme en ella, que necesita de un verano lento, con menos "whatsapp", "Istagran" y más conversación. Un  verano donde echaremos de menos el sonido de cabras y ovejas.





Vamos a hablar de un acontecimiento "el bautismo" recordado por Alejandrina en uno de sus relatos. Uno de esos acontecimientos que lleva con nosotros desde  hace muchos siglos, y que se recoge en los "Quinque libri". Estos libros registran los actos sacramentales más importantes en la vida de un cristiano, bautismo, comunión,  confirmación, matrimonio y defunción. Su uso fue generalizado como resultado de las normas aprobadas del concilio de Trento, (1545-1563). Gracias a ellos, se pueden hacer estudios pormenorizados de algunas cuestiones, e.g. arboles genealógicos, población, natalidad, en nuestro caso de lugares donde  poca gente se interesa como Tordelpalo, Anchuela, Novella y otros. Con la información que dispongo, lo más antiguo que se puede consultar sobre ellos corresponde a un "libro cuarto de Anchuela, Novella y Tordelpalo", cuyo primer bautismo se fecha el 17 de Octubre de 1703, en Novella, unos 170 años anterior a  la implantación del registro civil de nacimientos en España.

Con la lectura de registros, difícil en algunos casos por la letra, abreviaturas, desgaste, borrones, uno puede tener una pincelada breve sobre el pasado de primera mano, y ser el comienzo a una aventura a querer saber más, palabras en desuso, liturgias olvidadas, anotaciones curiosas del vicario... Este primer bautizo aquí nombrado de Ana Sanz Checa, tiene como curiosidad que fue anotado a las 2 de la mañana, del 2 Octubre, ¡15 días antes del hecho! Parece obvio que olvidó anotar la segunda cifra.




A continuación, la narración de un bautizo en Tordelpalo, tal y como los recuerda Alejandrina, de mitad de siglo pasado.

"Otro de los acontecimientos que no deberíamos olvidar eran los bautizos ya que eran las ilusiones de las familias y toda la chiquillería.  Los bautizos solían hacerse los domingos. Cuando terminaba la misa el sacristán daba la señal con las campanas de que ya podían venir a bautizarlos. Al bautizo únicamente se quedaban los actores principales, el cura, sacristán, los dos monaguillos, la mujer que llevaba al niño y una par de niñas, además de la chiquillería. No había más hombres ni mujeres, todos al finalizar la misa se iban."

La madrina traía al bebe, una niña llevaba la toalla y la jarra con agua y otra niña una vela y la sal. El agua se traspasaba a una concha que llevaba el cura y después se le mojaba al niño la cabeza y se le secaba con la toalla. 

En el portalillo de la Iglesia se hacía la ceremonia, le ponían un poco de sal en la boca y se les hacían unas cruces en el pecho que creo que eran de incienso. Cuando el señor cura decía el nombre del bebé los chiquillos echábamos a correr a casa de los padres diciendo el nombre del niño, allí nos esperaban para darnos el bautizo, que normalmente eran manzanas, barritas de turrón con almendras y azúcar tostada, caramelos…. Después se hacía la repelea que era echarlo a ver quien cogía más… pero antes ya nos lo habían dado en la mano para que ningún niño se fuera sin nada… a veces nos echaban caramelos y dinero… así que nos lo pasábamos muy bien contando lo que habíamos cogido… era muy emocionante vivirlo."

Tordelpalo, barrio Samaria


Sofía me apunto un dato también curioso de lo que recuerda, "en los bautizos únicamente había madrinas, no padrinos", pudiera ser esta una costumbre de los habitantes de Tordelpalo en el siglo pasado, o una coincidencia en su familia. Lamentablemente no dispongo de datos para contrastarlo.