martes, 17 de diciembre de 2013

... Bajo cero en Calamocha y esa mina que enterré.

España tiene lugares muy buenos para registrar temperaturas extremas bajo condiciones de inversión térmica. Concretamente esto se da a menudo en lo que es considerado el Polo del Frío[1], es decir el triángulo Calamocha – Monreal del Campo – Molina de Aragón.

El 17 de diciembre de 1963, hace 50 años, el pueblo de Calamocha registró la temperatura más baja de la historia de España. En el ranking le sigue Molina de Aragón que registró 28,2 grados bajo cero el 28 de enero de 1952.


             Además de los 30 grados bajo cero de Calamocha, Molina de Aragón y Monreal del Campo han registrado en varias ocasiones temperaturas de 28 grados bajo cero.

Esta semana, a diferencia de entonces, parece que la temperatura ha sido mucho mejor de las fotos. Pero las mañanas están frescas, hoy en Castellar de la Muela-Tordelpalo ha dado una previsión de -4, otra cosa será la realidad.





En Zaragoza llevamos 7 días sin ver el astro Sol y parece que queda rato. Si lo que esta cubierto bajo el manto es una ciudad entera.


   

domingo, 8 de diciembre de 2013

La pequeña navidad Molinesa

La ciudad de Molina de Aragón tiene el privilegio de poder celebrar dos Nochebuenas, la tradicional del 24 de Diciembre, con el nacimiento de Cristo y una como fruto de una dispensa papal concedida por León X en el año 1518. Sólo Mula, en Murcia, y Roma comparten este privilegio con la capital del Señorío.[1]

“A los hijos queridos actuales Rectores, y a los Beneficiados, de las Iglesias Parroquiales de la ciudad de Molina, de la Diócesis de Sigüenza, León Papa X. A mis querido hijos, salud bendición apostólica. Con gusto aceptamos y seguimos concediendo los favores oportunos, las súplicas piadosas que esperan con honor la gracia de ser escuchadas, de los fieles de Cristo y principalmente de la Inmaculada Concepción, de la Bienaventurada Virgen María, Madre de Nuestro Redentor y autor de la Salvación Humana, Nuestro Señor Jesucristo. 

Según nos expusisteis entre vosotros mismos, alguna o muchas veces reunidos en sesión capitular, o juntamente con vivir para los católicos, es Día de la Concepción de María y , guiados por una piadosa devoción , y para que dicho pueblo estuviera presente con ánimo más atento a Maitines y a Laudes, y aumente su devoción, deseáis celebrar en vuestro nombre como humildemente nos habéis suplicado, una misa cantada con Presbítero, Diácono y Subdiácono, para que nos dignásemos a atender vuestras peticiones favorablemente y proveer oportunamente según la benignidad apostólica. 


Pues nosotros inclinados hacia vuestras súplicas, os concedemos a vosotros y a los Rectores y Beneficiados, de dicha iglesia de San Gil y de otras iglesias parroquiales de la ciudad, que en víspera de la Concepción de la Beata Virgen María, después de Laudes, todos los años celebrar solemnemente, libre y devotamente, una misa cantada, con presbítero, Diácono y Subdiácono. 


Y nosotros mismos concedemos como don perpetuo a los actuales Rectores Y Beneficiados, con nuestra propia autoridad Apostólica, y a tenor de las presentes, sin que sirvan de obstáculo otras letras Apostólicas provinciales y Sinodales publicadas en Concilios Generales, o construcciones espirituales y otras cualesquiera contrarias. Dado en Roma junto a San Pedro, bajo el Anillo del Pescador, día 18 de febrero de 1518 sexto año de nuestro pontificado”.[2]


Así los molineses preparan su primera cena de Nochebuena, alrededor de las mesas familiares. Esta peculiar cena es una de las tradiciones, que data de hace más de cinco siglos y que lejos de perderse, año tras año atrae a molineses que residen durante el año en localidades y se dan cita para seguir la tradición de sus ancestros.

Después de cenar, alrededor de la medianoche, decenas de fieles devotos se dieron cita en la iglesia de Santa María la Mayor de San Gil, donde se celebró la peculiar misa de Gallo. También, ya con la noche cayendo, subieron a lo alto del cerro Santa Lucía para encender una gran hoguera en honor a la festividad que se celebraba

Los rituales en conmemoración de esta fecha, presentan una rica variedad de matices, adaptando o creando costumbres de fuerte arraigo popular, todos ellos relacionados con el fuego, las hogueras, la luz. Así observamos que las hogueras son un constante en la celebración de la purísima a lo largo de la geografía española.

Aquí tenemos nuestra hoguera de este año en Tordelpalo, barrio pedáneo de Molina.