viernes, 15 de noviembre de 2019

Las sepulturas de Tordelpalo


Publicada 15/12/2019
Actualizada 31/07/2020

Fue este un puente de todos los santos pasado por agua.  Nuestra "noche de te animas" prácticamente sin niños para pedir caramelos, pero hubo chocolate y café para todos los que se animaron a venir a una charrada en la asociación. Aunque breve, también hicimos un pase del miedo breve por las casas con música terrorífica. Molina, en la noche de "Halloween" tuvo una muy buena iniciativa con un pasaje del miedo en el castillo, aunque los fuertes aguaceros estuvieron a punto de arruinarlo.
Sin tener mucho más que añadir y aprovechando un tema paralelo, me parece interesante hablar sobre las sepulturas en Tordelpalo.

Original portada del actual cementerio de Tordelpalo

De los registros más antiguos sobre Tordelpalo de los que hay acceso, se lee que se enterraba en las iglesias, porque el suelo de ellas era tierra consagrada. Las familias disponían de un trozo de tierra, y sobre él podían ejercer el derecho de rompimiento. La RAE lo define como "el derecho que pagaba a la parroquia quien teniendo sepultura de su propiedad, la hacía abrir para enterrar un cadáver". Cada sepultura tenía un precio, contra más cerca estaba del altar mayor o en algún lugar privilegiado, se pagaba un valor más alto. La creencia de que las reliquias de los santos protegían a los difuntos y que las imágenes sagradas y los rituales allí celebrados les acercaban más al cielo, llenaron iglesias y alrededores de enterramientos.

Así, en sepulturas datadas sobre el año 1700 podemos leer cosas como:

1700 Pedro Lesca, se enterró en el cuerpo de la iglesia donde se paga de rompimiento nuebe reales y doce maravedies. poniendo bancal.

1705 Francisco Orea, se enterró en la capilla maior, donde se paga de rompimiento diez y ocho reales ...

No he conseguido encontrar una definición de bancal/vancal relacionada con las sepulturas, pero creo que hace referencia al hecho de disponer una caja en la tierra, donde se depositaba al finado.

El patio alrededor de la iglesia, entre una puerta y la otra se le denomina popularmente cementerio. No hay prácticamente referencias a este lugar, pero los testimonios orales y visuales de huesos  así lo corroboran. Quizás están allí enterrados todos aquellos que no tienen una indicación clara de enterramiento dentro de la iglesia. En una reciente visita al museo de las momias de Quinto explicaron que fuera de la iglesia se enterraban aquellos que no podían pagar su sepultura. Eso concuerda con uno de los pocos enterramientos del cementerio.

"1705 Marcos Ruxala, pobre de solemnidad enterrose a la entrada de la iglesia."

Vista de parte del cementerio, hasta la puerta de la iglesia
Así los primeros registros que hay desde 1700, cada nuevo enterramiento en la iglesia parece algo caótica, a tenor de expresiones como "Debajo la peana del santo Cristo", "en el altar mayor", "debajo la tribuna", "en la parte de abajo del altar de nuestra señora del Rosario", "en el cuerpo de la iglesia".
Posteriormente, a finales del 1700 y comienzos de 1800, empieza a aparecer mucho la palabra "tanda".

"1778 francisco Meda. Se enterro en la iglesia parroquial de este pueblo en la primera tanda junto junto a la capilla mayor. Firmado Nicolas de Zabala."

"1804 Pedro malo, sea enterrado en la iglesia en la segunda tanda"

Entre todas estos registros de sepultura, podemos encontrar desde la tanda primera a la tanda cuarta, incluyendo una tanda especial para los párvulos.

Pero es a partir de 1828 que aparece una especie de numeración en las sepulturas, como dando un orden y formando una cuadricula en el interior, a pesar de que todos los números no son nombrados, quizás porque es una continuación de las tandas anteriores.  Según la numeración mencionada, las sepulturas estarían ubicadas perpendicularmente al altar, y llegarían las puerta de entrada. Aquí incluyo de nuevo una explicación del museo de las momias, donde se pone de relieve una sutil diferencia entre feligreses y clero en cuanto al enterramiento. Los miembros del clero, tendrían la cabeza orientada hacia el altar, mientras que el resto de feligreses mirando hacia la salida.


"primera tanda, número dos"
"primera tanda, número tres"
"primera tanda, número seis"

"segunda tanda, número dos"
"segunda tanda, número tres"
"segunda tanda, número cinco"
"segunda tanda, número seis"

"Fue sepultada en la tercera tanda, número segundo"
"tercera tanda, número seis"
"tercera tanda, número siete"

"cuarta tanda, número tres"
"cuarta tanda, número cinco"

" se enterró en la última tanda de los niños"

En muchos de los casos, tampoco hay una predisposición fija por ocupar la sepultura de un allegado.

"1797 Rosalia Sanz, se enterrara en la yglesia donde hubiese lugar."

"1804 Josefa Sanz, sea enterrada en la iglesia en la tanda que hubiera lugar"

Aunque encontramos ejemplos de lo contrario.

"1791 Ysabel Martinez, su cuerpo sea sepultado junto la sepultura de su madre."
"1804 Josef Orea, sea depositado en la tanda de sus padres o en donde hubiera lugar."

Ya a mitad del siglo XVIII, había suficientes estudios sobre la transmisión de enfermedades que está arraigada costumbre ocasionaba. Así,  Carlos III dictaba en 1787 la Real Cédula por la que prohibía las inhumaciones en las iglesias salvo para los prelados, patronos y religiosos. Esta misma cédula disponía la construcción de los cementerios fuera de las poblaciones y que se aprovecharán para capillas de los mismos cementerios las ermitas que existan fuera de los pueblos.

La normal no cayó de buen grado en muchos sitios, y aquí cabe incluir un relato de la ciudad de Molina que bien pudiera Nieves Concostrina narrar en alguno de sus espacios radiofónicos. De forma resumida dice:

"Tal sucedió en Molina en 1806, cuando el gobierno quiso hacer efectivas las previsoras pragmáticas del inolvidable Carlos III, relativas á la peligrosísima y antihigiénica costumbre de enterrar en las iglesias, que la reciente y desoladora peste hacía más necesarias [...]
Hablase mandado, para evitar estos focos de infección y contagio, que se levantasen cementerios ad hoc en las poblaciones para enterrar en ellos [...] Se mandó levantar un cementerio provisional detrás de la Iglesia de Santa Catalina ó el Cristo, quemada cuatro años después por los franceses [...]
Pero el 11 de Abril de 1806, habiendo muerto Dª Ildefonsa Gutiérrez, dejando dicho que se la enterrase en la Orden Tercera, al ser llevada al nuevo cementerio de Santa Catalina [...] y hora de las tres de la tarde, [...] una turba de más de 200 mujeres de los arrabales y del pueblo bajo atropelló á los conductores, quitándoles de los hombros el féretro á las exclamaciones de ¡abajo!, ¡A la iglesia!, y con gran tumulto y gritería se apoderaron de él, lo llevaron á la Orden Tercera y, abriendo una fosa, lo enterraron, solas las mujeres, yéndose luego á dar gracias á la casa de la difunta.

A la vez, otras muchas con picos, rejas de arado, tenazas y otros instrumentos análogos, derribaban gran parte de las paredes del nuevo cementerio [...]

Al día siguiente de los sucesos había diferentes mujeres agolpadas en la calle de Sombrereros, dispuestas á enterrar en la parroquia de San Miguel el cadáver de una párvula, [...] otro grupo de ellas, situado en la subida del Castillo de Judíos y fuera de murallas, se proponía impedir que se llevas al nuevo cementerio, [...] protegiendo [...] los alguaciles, el sargento de Cazadores de Sagunto, Manuel Laguna, y tres soldados del Regimiento de Mallorca, [...] y allí se enterró la párvula.

Fray Francisco S Pajarón [...] Si no hubiese cerrado bien las puertas de mi convento aun habrían sepultado el cadáver de un párvulo, pues lo intentaron.

Por auto del Corregidor del 18 de Enero se mandó exhumar el cadáver de Ildefonsa,  previo aviso á los frailes franciscanos y á los párrocos , y tomando toda clase de precauciones para evitar cualquiera alteración [...] enterrándose en el nuevo cementerio á las diez de la mañana del día 18 de Enero de ¿1807?."


De esta forma, siguiendo las ordenanzas, encontramos en 1835 la primera sepultura de la vecina "Maria Barra" en el campo santo llamado de San Benito. En este punto podemos afirmar que antes que camposanto, San Benito fue una "hermita", cuya primera mención que he encontrado es en 1707. Pero este es otro tema que bien pudiera ser ampliado en otro escrito. Además de San Benito, también hay enterramientos registrados en otras ermitas como la del Gavilán.



La norma de Carlos III planteaba una construcción gradual de cementerios, comenzando por los lugares en que haya habido epidemias o estuvieran más expuestos a ellas, siguiendo por los más populosos y por las parroquias de mayor feligresía en que sean más frecuentes los entierros y continuando después por los demás.

Resuelta la problemática en un primer momento con el uso de los terrenos de la ermita y el reducido tamaño de la feligresía, la construcción del cementerio actual se retraso unos 30 años. Pienso que la utilización de San Benito como campo santo tuvo que ser algo engorrosa por la distancia hasta el, aunque seguro que tuvo algún camino que permitía acceder a él con carros y tartanas, para cumplir su función de ermita.

El actual cementerio tuvo que ser consagrado en 1868,  como nos índica el magnífico dintel esculpido de piedra en la entrada. "Consta en su parte central, de una cruz de calvario en cuya base se ha insertado un rostro muy simple a modo de calavera, encima de la cruz la siguiente frase "NEMINI PARCO", COMO TE VES YO ME VI, COMO ME VES TE VERÁS, SI RUEGAS A DIOS POR MÍ, EN EL CIELO LO HALLARÁS. AÑO DE 1868”. La leyenda parece seguir las directrices del romanticismo, aunque encontramos otra muy similar en la villa de Milmarcos, esculpida en 1833.

Encima del dintel y en el centro del frontis hay grabada una calavera con dos tibias cruzadas. Culminando el frontón, se encuentra un pináculo de formas geométricas a modo de una hoja de trébol en cuyo interior se encuentra inscrita una cruz".

La primera sepultura en este campo santo en Noviembre de ese año, del vecino Ysidro Azpicueta. Otra de las primeras sepulturas la de un hombre desconocido, a la postre, un  carlista fallecido en 1874 durante una batalla por la sierra de Caldereros. En Novella, hubo que esperar aún más, a tenor de la fecha de su portada, 1920. (pendiente de ampliar y confirmar)

Portada cementerio de Novella


Es notorio como San Benito a pesar de haber estado tan poco tiempo como campo santo, ha pervivido en la tradición oral del pueblo, y como existen todavía en personas mayores, recuerdos de formas de sepulturas seguramente a base de hileras de piedras.

Restos de construcción en los San Benitos, lugar donde se dice se ubicaba el cementerio.
  
Pero si algo me llama profundamente la atención es como la disposición de las mujeres en la iglesia parroquial, hasta no hace mucho tiempo seguía el patrón marcado por las sepulturas de sus ancestros. Algunas de las tablas centenarias de la tarima anterior, que fueron retiradas en la reforma de la iglesia en 1991, tenían números para indicación de la sepultura. Aún así, cabe recordar que el último enterramiento allí fue anterior a 1835, y son muchas generaciones hacia atrás. Este es un dibujo aproximado sobre la disposición que se mantenía.


"Dentro de la iglesia los hombres tenían bancos y los mozos subían al coro con el sacristán y las mujeres teníamos las sepulturas. Cada familia tenía la suya, por ejemplo, la de mis abuelos por parte de madre estaba entrando a mano izquierda en el primer altar que es la capilla de la Virgen del Rosario, en la repisa tenía una sabanilla blanca y dos candelabros situados uno a cada lado. Teníamos un banquillo donde se ponían las velas. Nosotras y la tía Benita y sus hijas nos poníamos allí ósea toda la familia de mis abuelos. Mis otros abuelos la tenían a mano derecha de las gradas del altar mayor… y así todas las familias, cada una tenía la suya.  Las mujeres teníamos sillas para sentarnos y los niños escañetos" -Alejandrina-.


Escañeto.

"Sobre las sepulturas se encendían velas, en unos portavelas en dos alturas. En la de arriba se ponían las velas y en la de debajo se recogía la cera".

Por último, también se habla de una huesera, aunque no he encontrado ninguna prueba escrita. "También decía mi madre que había una huesera en la calle,  que aproximadamente la sitúo en la pared de la sacristía que mira hacia el castillo"


En el cementerio actual también había una huesera, entrando a la izquierda, al fondo. Allí se arrojaban los huesos encontrados en cada nueva sepultura que se excavaba.

 Referencias:

Historia del Levantamiento de Molina de Aragón y su Señorío en Mayo de 1808 y guerras de su independencia. Anselmo Arenas López.  Diputación de Guadalajara 2008

Etnografía y arquitectura popular en Molina


Museo de las momias de Quinto de Ebro


Alejandrina López, Sofía Orea, Donato Orea, Petra Martínez, Cristina Del Amo, Santiago Madrid