lunes, 18 de mayo de 2020

Inaugurada la restauración de la iglesia parroquial de Tordelpalo


Publicada 18/5/2020
Actualizada 18/5/2020

Hoy 18 de mayo se cumplen dos años desde que en un esfuerzo colectivo restauramos las campanas de Tordelpalo, y muchos de nosotros vimos por primera vez ver voltear la campana grande. Quiero aprovechar esta efeméride para compartir un recorte de periódico que Javier Orea me envió hace ya algún tiempo, y que pone en relieve el esfuerzo colectivo de la restauración de la iglesia que se culminó  en 1991. Que San Roque nos proteja.


Detalle de la fotografía del recorte de prensa original

Si son dignas de destacarse las inauguraciones de las obras de restauraciones de nuestra Diócesis, notables por su carácter monumental y méritos artísticos, no es menos importante hacer memoria de estas mismas efemérides, cuando se trata de pequeñas iglesias situadas en lugares de escasos habitantes y cuyas obras han sido llevadas a cabo gracias a la generosidad y al trabajo de sus hijos.

Este es el caso de Tordelpalo, pueblecito molinés situado en el margen derecho de la carretera de Molina a Teruel y a pocos kilómetros de la ciudad de Molina de Aragón, que cuenta con quince habitantes en el invierno y unos ochenta en el mes de agosto.

En los últimos años, con una pequeña ayuda económica de la Diputación Provincial y los donativos y prestamos de sus buenas gentes, alentadas por el sacerdote Don Ramiro López, se han llevado a cabo importantes obras de conservación y puesta a punto de su templo parroquial, construido en una sola nave y decorado en los años finales del siglo XVIII según los esquemas del último barroco. A este estilo pertenecen también el retablo mayor y los retablos laterales. La iglesia actual ocupa el solar en el que estuvo emplazada una primitiva iglesia románica, ampliada en el siglo XVI. De ambas épocas quedan huellas en el arco del atrio y portada de acceso al templo.


Sendo cura Zabala Año 1785

La historia de la renovación de esta iglesia es ya larga. En efecto, en los primeros años ochenta, se remodeló el presbiterio, se colocó de forma segura el retablo mayor, se renovó la instalación eléctrica y el enlucido del templo, al mismo tiempo, que se acondicionaba la sacristía. En el año 1989 se restauró el campanario que amenazaba ruina. En 1991 se levanta la tarima y la vieja solera de tierra, sustituyéndola por una solera de hormigón, que en los últimos meses ha sido complementada con un nuevo piso de tarima barnizada.

El pasado día 15 de agosto, festividad de la Asunción, titular de la parroquia, tuvo lugar la inauguración de las obras con una emotiva eucaristía oficiada por el párroco D. Ramiro López. Fue una ceremonia sentida y hermosa en la que los fieles de Tordelpalo, presentes en gran número, dieron gracias a Dios por la feliz terminación de las obras. Un ejemplo más de lo que es capaz de hacer un pueblo, aunque sea pequeño, cuando existe unión entre sus vecinos y ama a las propias raíces y tradiciones.

PAULO

lunes, 4 de mayo de 2020

Invierno y nevadas de Tordelpalo


Publicada 4/5/2020
Actualizada 4/5/2020

Hola de nuevo, aquí tenemos uno más de los testimonios de Alejandrina sobre su pueblo, un escrito que al igual que los otros nos desgranan sin querer como la vida ha cambiado en los últimos cien años. Son testimonios muy útiles para dar a conocer a futuras generaciones como era la vida, el día a día, las costumbres. Mi humilde propósito es ser un mero puente de comunicación entre esas generaciones y las que vienen, que están ahora mismo más centrados en sus juegos de ordenador, redes sociales y las exigencias propias del tiempo que viven, como el día de "Star Wars -May 4th-", y hacen muy bien en ser participes de su generación. Si yo o los otros mayores que yo hubieran tenido móvil, hubiéramos luchado por él. Tan solo espero que lo que aquí escribimos, sirva para que no caiga en el olvido e inspire a otros.

Os recomiendo leer de nuevo el escrito del Pilar del Rey: [pulsar aqui]


Diferentes "grafitis" sobre un libro de la escuela de Tordelpalo

INVIERNO Y NEVADAS DE TORDELPALO


Acabo de ver las fotos de la nevada del Pueblo y sus imágenes me han traído muchos recuerdos de mi infancia cuando caían esas nevadas.

Cuadro de Jose Antonio.
Ayuntamiento Zarabes
 Para ir a la escuela nos habrían caminos y todos los niños llevábamos leña, normalmente eran trozos recios para que hicieran ascuas. La leña la dejábamos en la carpintería, la estufa estaba en medio de la escuela. El suelo de la escuela era de tarima, ósea de madera y el portalillo era de baldosas.

Nada más entrar rezábamos y cantábamos el Cara al sol. Detrás del maestro habían dos fotos muy grandes de J.A. Primo de Rivera y la otra de Franco y sacábamos la bandera a la puerta de la escuela y al terminar las clases se volvía a meter dentro. A la hora del recreo nos quedábamos en el portalillo, que al estar encima del horno el suelo estaba calentito y allí pasábamos el rato contando chistes, cuentos, adivinanzas…

El horno hacía muy buena olor al pan y más buena olor cuando hacían las tortas con manteca y azúcar y también hacían los molletes que eran la primera hornada… otro de los buenos olores que recuerdo era cuando mi hermana Plácida iba a tostar los cacahuetes que habían comprado los sacos en Monreal, eran cacahuetes crudos y  después de tostarlos los ponía en agua y sal y los vendía en la Cantina. En el horno también iban a comprarle, seguro que el olor atraía a todo el pueblo … alguna vez Plácida había comentado. “he llevado el saco lleno y me lo traigo ya a medias”.  También se tostaba cebada y trigo hasta que se pasaba de dorar cogiendo un color negruzco y era lo que utilizábamos como si fuera café, así que siempre teníamos nuestro propio café de cebada y trigo. Alguna vez se tostaba en las casas y en todas teníamos molinillo.

Otra de las cosas que recuerdo era cuando venían los reyes, en aquellos días, como ahora también ocurre, los niños éramos muy felices. En casa nos hacían unas bolsas de tela y allí echábamos lo que nos habían traído los reyes, como por ejemplo higos, mandarinas, barritas de turrón que eran como con azúcar tostada y unas almendras y también podía caer algún centimillo… con esas sencillas cosas ya estábamos contentos…. La noche anterior limpiábamos los zapatos y a los camellos les poníamos cebada y a los reyes pan y agua.  Yo también ponía los zapatos en casa de mis abuelos y al día siguientes saltábamos de alegría.

También os puedo contar que el día de los Santos Inocentes íbamos pidiendo dinero por las casas y siempre nos daban y salíamos corriendo para que no nos pillaran cuando les decíamos: “los santos inocentes se lo pagaran…” risas y más risas y la gente que nos decía “ya os pillaré ya, demontres de muchachos…. “. Fue una infancia muy feliz a pesar de las penurias que se pudieran pasar y el frío que hacía. 

En las trasnochadas de los días de invierno asábamos garbanzos y patatas en la lumbre para entretenernos y así teníamos cosas para ir picando…., en esa temporada también era cuando nacían los corderos y teníamos que ir a darles de comer y a ver cuántos habían nacido.

Alejandrina Lopez Orea (recuerdos de Tordelpalo - septima parte)