sábado, 17 de agosto de 2013

50 años no son nada ...

Eso debió pensar San Benito al salir de romería hacia la ermita  al encuentro de la Virgen del Gavilán.

Antes de salir, San Benito fue sujetado  con mucho mimo sobre una peana, y aseado convenientemente, creo que se hasta se le aplico protección solar factor 50 sobre la cabeza.

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San Benito nació de familia rica en Nursia, región de Umbría, Italia, en el año 480. Su hermana gemela, Escolástica, también alcanzó la santidad. Inspirado por Dios, San Benito escribió un Reglamento para sus monjes que llamó "La Santa Regla" y que ha sido inspiración para los reglamentos de muchas comunidades religiosas monásticas.  Muchos laicos también se comprometen a vivir los aspectos esenciales de esta regla, adaptada a las condiciones de la vocación laica.

La síntesis de la Regla es la frase "Ora et labora" (reza y trabaja), es decir, la vida del monje ha de ser de contemplación y de acción.

Benito suele representarse como un hombre anciano, vestido con el habito negro de los monjes benedictinos, portando en una mano un báculo abacial, signo de su carisma como pastor de una comunidad de monjes, y en la otra un libro que simboliza su legado más importante, la conocida Regla de San Benito, o, sencillamente, la Santa Regla.

En algunos cuadros vemos también junto al santo a un cuervo, en recuerdo de aquel pasaje de su vida en que el hombre de Dios recibe un pan envenenado, y él lo entrega a dicha ave para que lo lleve lejos, donde no pueda hacer daño a nadie. [http://librosyvideoscristianos.blogspot.com.es/2012/07/san-benito-de-nursia-una-iconografia.html]
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Y así, a las 8:30 de la mañana, la procesión partía de la iglesia de la Asunción de Tordelpalo.


Fue un día diferente, se notaba que entre ellos se seguía escribiendo la historia. No hubo letanías ni rosarios, pero si muchas canciones espirituales, y paradas técnicas cuando fueron necesarias.

Y así, poco a poco, se encaró el último tramo hasta la ermita ...

y el emocionante encuentro con la Virgen del Gavilán y los vecinos de Anchuela.

Luego nuestro parroco Ramiro López nos ofreció una homilía  con exaltaciones a la Virgen del Gavilán y de la Carrasca. (pobre S.Benito ... no era su fiesta).


Terminada la celebración, un abundante almuerzo esperaba a todos los participantes.















y tras las correspondientes despedidas, con ánimos renovados a repetir experiencia el próximo año, San Benito y la Virgen partieron a sus respectivas moradas, ante una nube de fotógrafos ávidos de inmortalizar el momento.

La vuelta un poco más sufrida, con más calor y en cuesta, pero con el incombustible deseo de oír las campanas al llegar.

Y mientras las campanas replicaban, San Benito tuvo la oportunidad de ver como había cambiado el pueblo en los últimos años.



¿Saldré el año que viene?




1 comentario:

  1. Me ha encantado tu artículo, y la fiesta que narra.
    Ojala recuperéis estas bonitas tradiciones, donde la amistad, el compañerismo y eso que llamamos humanidad se refuerzan sin lugar a dudas.
    Un saludo cordial y pasearé a menudo por tu blog. ;)

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